Es difícil para cualquier mexicano no amar el chocolate al fin y al cabo ¡Nuestros antepasados lo inventaron! En cada bocado de chocolate no solo hay un delicioso dulce que se derrite en la boca liberando una alegría inconfundible; además existe un pequeño fragmento de identidad cultural ancestral que es imposible de negar.
Pero cuando se adora a tal nivel el chocolate, o se desea regalar una caja de chocolates a una persona cuyas preferencias en dulces no son nuestra especialidad; ¿Cómo podríamos saber si nuestra suegra prefiere chocolates amargos o con leche, o si el jefe prefiere rellenos con crema de fresa o con algún licor?, la duda de cuál debería ser la caja de chocolate que se va a regalar puede volverse algo complicada de responder.
De allí uno de los mejores consejos a la hora de comprar una caja de chocolates: En la variedad está la diversión, si bien una caja de treinta y dos chocolates blancos es deliciosa, si todos fueran un dulce macizo ¿Qué diferencia tendría con una barra sólida de ese dulce? Prácticamente ninguna.
Es allí donde entra en juego la caja de chocolates surtidos, como chocolateros por más de 100 años en JOHFREJ C&V hemos desarrollado un don para combinar sabores y complementos para los bombones o trufas; de manera que cada caja de chocolates surtidos presenta una combinación de sabores tan sublime que es seguro que será disfrutada al máximo.